miércoles, 14 de octubre de 2015

Nuestras creaciones: Fábula


  LA GOLONDRINA Y LA ARDILLA







                    


Hacía una bonita tarde de otoño y en lo más alto de un árbol se encontraba un nido de golondrinas, cuando de repente uno de los polluelos perdió el equilibrio y se deslizó por las ramas dejándose caer al suelo, un lugar desconocido para el pobre polluelo.
Mientras tanto, una ardilla muy presumida caminaba por allí y alcanzó a escuchar los llantos del polluelo. Como era muy curiosa, no dudó en acercarse y, para su sorpresa, se encontró con un pajarito desvalido.
La ardilla le pregunta: - ¿Qué hace un pajarito tan bonito por estos parajes? – mientras el polluelo lloraba desconsoladamente.
- Me he caído… y no puedo subir a mi nido – le dijo el polluelo.

En ese preciso momento, aparece mamá golondrina y dirigiéndose a su polluelo le dice:
- Cariño, ¿estás bien? ¿Cómo has llegado hasta aquí? – mamá golondrina desesperada por su polluelo y temiéndose lo peor busca ayuda desconsoladamente, y entre lágrimas se dirige a la ardilla:
- Señora ardilla, ¿podría ayudarme a subir a mi pequeño polluelo al nido?

A lo que la ardilla responde con cierto rin tin-tin:
- ¿Yooo? ¿Te diriges a mí? Tengo miles de tareas que requieren mi atención.

Y diciendo esto último se marchó, dejando solos a la mamá y al polluelo, quienes con mucho esfuerzo consiguieron llegar juntos a su nido.
A la mañana siguiente, la ardilla presumida volvía de comer, pero con tan mala suerte que su patita quedó atrapada en un hoyo.
- ¡Ay! ¡Ayuda! ¡Me he quedado atrapada y no puedo salir! – lloraba y lloraba sin consuelo alguno.

Sus sollozos retumbaban por todo el bosque, consiguiendo así ser escuchada por mamá golondrina, quien bajó del árbol para ver lo que estaba pasando. Y para su asombro se encontró a la ardilla presumida, rodeada por unos cuantos animalillos del bosque. La golondrina no dudó ni un segundo en auxiliar a la ardilla. Al ver el esfuerzo que le estaba llevando a mamá golondrina salvar a la ardilla, los demás animalillos unieron sus fuerzas y juntos consiguieron salvar a la ardilla.

                                                               FIN

MORALEJA: Nunca sabremos con qué piedra tropezaremos, puede ser que la persona a la que no quisiste ayudar sea quien te salve en un futuro.


Realizado por: Raquel Jiménez, Araceli Marín y Heidy Troya.

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